NOGADAS Y ARROPE DE MORA

tradicionales dulces ibarreños

NOGADAS

Son más de 30 años que Víctor Núñez, emprendedor artesanal de Ibarra, ha mantenido esta dulce tradición. Tras la muerte de su madre Ana de Núñez, pionera en la comercialización de las nogadas y el arrope de mora, los hermanos de Víctor decidieron vender toda la mercadería y cerrar el negocio, pero él quiso continuar con la producción de estos dulces.

Elaboración

Luego de 5 horas al fuego en grandes pailas, la panela se convierte en miel, la preparación exige tiempo y paciencia, entonces Víctor se coloca un par de guantes industriales para evitar las quemaduras y sujeta tranquilo las manijas calientes de la paila para trasladar el producto a otra paila. Ya con la panela diluida por el fuego y vaciada en la otra paila de bronce, Víctor toma una paleta de madera con la que comienza a mover la preparación.

Mientras tanto, una de sus ayudantes coloca pedazos de nogada. “Las medidas para realizar las nogadas deben ser exactas” dice Víctor, mientras mueve la panela con fuerza, porque esta, al enfriarse, se espesa y es más difícil de mecer.
La elaboración de las nogadas y el arrope de mora se realizan cada semana y bajo pedido.

Materia prima

Blanca o negra, azúcar o panela, es la materia prima con la que se elaboran las nogadas, que, según Víctor, se preparan desde hace más de 100 años.

Cuenta que las llamaban “el dulce de las casas grandes”, refiriéndose a los hacendados de la época, que consideraban a la nogada su postre. De hecho, antiguamente todas las casas tenían un árbol de nogal.

Después de varias décadas, este dulce fue comercializado en forma de turrones, y más tarde, las nogadas se vendieron empacadas en las cajas tradicionales que todos conocemos.

EL ARROPE DE MORA

El arrope de mora tiene su propia historia, y sus orígenes datan del cantón Otavalo, pero más tarde se extendió a Ibarra y su acogida fue tan grande que todos asociaron al arrope y a las nogadas con la ciudad de Ibarra.

“Mi madre tuvo que buscar la receta ideal para el arrope”, dice Víctor y aclara que el arrope no es una mermelada ni tampoco una jalea. En realidad, es una miel líquida que se puede emplear de diferentes maneras; su tiempo de caducidad es de un año. Es un producto artesanal que no lleva ninguna clase de conservantes.

Actualmente Víctor Núñez ha dado un giro de negocio y ha transformado la presentación de la tradicional nogada en atractivas presentaciones con nuevos sabores. De igual manera el arrope ya se encuentra de fresa, piña, maracuyá, guanábana y continúa trabajando en nuevos sabores.

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