Leyenda urbana
A decir de los pobladores locales, las brujas blancas de Ibarra, eran unos seres voladores, con forma de mujeres pero con trajes muy largos y espesos, solían gritar, reir, sollozar en las madrugadas asustando a la gente. Algunos incrédulos se burlaban de estas brujas y terminaban convertidos en mulas o gallos.
Cuenta una leyenda muy antigua que en el norte del país, en la provincia de Imbabura, vivían tres hermanas brujas; pero ellas eran bastante atractivas y vestían de blanco, a diferencia de las horribles brujas. Viajaban de un lado a otro, llevando noticias o practicaban extraños rituales.
La población estaba acostumbrada a verlas por las noches en el cielo de Ibarra, pero las más jovenes iban haciendo trucos para molestarlos. Muchos hombres al verlas se acostaban en el piso en forma de cruz y las brujas caían, hecho que molestaba a las brujas. Resultado de su enojo, éstas los convertían en gallos, burros o cerdos negros y peludos, pero el hechizo duraba pocos dias.
Algunos usaban estos hechizos como pretexto para desaparecer de sus casas y quedarse bebiendo con sus amigos. Ahora con suerte, si miramos al cielo en una noche de luna es posible ver una bruja regresar del sur y pasar por el pequeño Ceibo del parque Pedro Moncayo.
Autoría: Morales Mejía, Juan Carlos, Ibarra: destino de mar, Editorial Pegasus, 2021, adaptación de la investigación de Aníbal Buitrón sobre mitología de Imbabura.